Los aceites esenciales de calidad terapéutica

¿Qué es un aceite esencial de calidad terapéutica?

Un aceite esencial de calidad terapéutica es un aceite esencial que se puede utilizar para fines terapéuticos. Este se diferencia de un aceite esencial sintético, que no proviene de un origen natural y que no tiene por ello las propiedades y los beneficios de un aceite esencial 100% puro y natural.

Los aceites esenciales sintéticos se producen para otras finalidades que no son terapéuticas. De hecho, muchos aceites esenciales sintéticos pueden ser tóxicos para nuestro cuerpo. Por ello, es muy importante que sepas de qué calidad es el aceite esencial que vas a utilizar.

¿Cómo puedo saber si el aceite esencial es de calidad terapéutica?

A estas alturas, entiendes ya que hay muchos niveles de calidad dentro de los aceites esenciales, ¡y que hay muchas trampas en el camino! Si quieres usar los aceites esenciales para fines terapéuticos, no te queda otra: ¡tendrán que ser aceites de calidad terapéutica!

Pero no te preocupes: en este apartado te ayudamos a entender todo lo que necesitas saber para poder comprar productos de la más alta calidad. Entre otras cosas, te ayudaremos a entender el significado de cada sello y a “descifrar” cada etiqueta para que puedas comprar con total seguridad.

Por ahora, la respuesta corta (que desarrollamos más adelante en este artículo, es que, para ser de calidad terapéutica, un aceite esencial debe ser:

  • 100% natural
  • 100% puro
  • 100% íntegro
  • Quimiotipado

¿Por qué es importante comprar aceites esenciales BIO?

Comprar productos que están certificados BIO fomenta un mercado alimenticio más respetuoso con el medio ambiente.

Además, ¿qué sentido tiene optar por la alternativa natural si esta ha sido bombardeada con pesticidas dañinos para nuestra salud a lo largo de su cultivo?

Eso sí: es muy importante que la certificación BIO sea legítima y que haya sido otorgada por una organización oficial. Aunque parezca difícil de creer, hay empresas que se inventan sus propias certificaciones: es decir, que se auto-otorgan certificaciones inventadas por ellas mismas! No hace falta señalar todos los problemas de credibilidad que derivan de este sistema de certificación.

Las certificaciones como la euro-hoja, en cambio, son una buena alternativa porque son capaces de garantizar que los productos han sido elaborados ecológicamente, sin la necesidad de conocer los logotipos de las certificaciones específicas de cada país. Con esto queremos decir que, con la certificación BIO europea, cada eslabón de la cadena productiva debe estar certificado para que el producto final tenga esa hojita verde. De esta manera, garantiza el respeto de sus condiciones en cada paso de la producción. Imagínate si no fuera así: sería muy difícil como consumidor individual garantizar la calidad y la pureza de productos que a menudo pasan por varios países.

Además, la euro-hoja siempre es otorgada por una entidad independiente que no tiene ningún interés en la empresa que recibe el certificado. Por eso nos gusta y nos fiamos tanto!

Si te interesa, aquí te dejamos algunas de las muchas condiciones que debemos cumplir los productores y distribuidores de productos certificados BIO por la Unión Europea:

  • Evitar el uso de sustancias químicas de síntesis (fertilizantes químicos, medicamentos, pesticidas, insecticidas…)
  • Como mínimo, un 95% de los ingredientes que contienen los productos deben ser ecológicos.
  • Los productos deben proceder de la agricultura ecológica (respetando todas sus exigencias).
  • Los productos no pueden contener OMG (organismos modificados genéticamente).
  • Se deben obtener respetando el ritmo de crecimiento de las plantas y de los animales.
  • Deben ser elaborados sin la adición de sustancias artificiales.
  • La certificación debe ser otorgada por un organismo de control (empresa privada independiente) o autoridad de control (organismo público que no tenga ningún interés en la/s empresa/s siendo controladas).

¿Los aceites esenciales Fenghi son de calidad terapéutica?

¡Claro que sí! Todos nuestros aceites son

  • 100% naturales: Están destilados de plantas cultivadas de manera ecológica
  • 100% puros: No les añadimos nada, ni contienen sustancias sintéticas
  • 100% completos: Hacemos la destilación completa de la planta para darte todas sus propiedades y beneficios. No le quitamos moléculas para revenderlas a la indústria cosmética y de la perfumería.
  • Tienen la certificación BIO oficial europea (la famosa euro-hoja)
  • Cada nuevo lote es quimiotipado para garantizar su calidad

¡Y no solo eso! A parte de trabajar solo con la mejor materia prima, siempre estamos buscando pequeños productores que saben cómo destilarla para conseguir un aceite esencial de la más alta calidad. Favorecemos las destilaciones de pequeña escala y trabajamos con personas apasionadas que respetan los ritmos y las necesidades de la naturaleza. En pocas palabras: ¡solo buscamos productos de calidad y con mucha alma!

Para acabar de hacer las cosas bien, ponemos a tu disposición el resumen del análisis que le hacemos a cada lote de aceite antes de comprarlo para garantizar su calidad. También añadimos ese número de lote a nuestro packaging para que puedas hacer ese seguimiento por tu cuenta.

Los requesitos para un aceite esencial de calidad

Aceite esencial 100% natural

Un producto 100% natural no puede contener productos sintéticos. Puede parecer obvio, pero hay muchos aceites esenciales que son sintéticos y que, por lo tanto, no tienen ninguna acción terapéutica e incluso pueden ser peligrosos para nosotros. También podemos acabar encontrando moléculas sintéticas en nuestro producto final por motivos más insidiosos. Por ejemplo, hay productores de lavanda que riegan su campo con moléculas aromáticas sintéticas antes de la cosecha para poder aumentar el rendimiento de la planta… Volvemos a lo de siempre: la ética en cada etapa de la cadena de producción es un factor muy determinante en la calidad final del producto.

Aceite esencial 100% puro

Hay muchos aceites esenciales que han sido modificados: pueden haber sido “deterpenados” o “rectificados” (para ser mejor tolerados por la piel, por ejemplo). También puede ser que se hayan aislado algunas moléculas (a menudo para venderlas por separado) o, como en la industria vinícola, que hayan sido “cortados” con otros aceites esenciales más baratos para aumentar las ganancias. Lógicamente, estas prácticas pueden modificar las propiedades del aceite esencial y disminuir su calidad. Por eso, es imprescindible que compres siempre aceites que sean 100% puros si tienes la intención de utilizarlos para fines terapéuticos. Por supuesto, no hace falta ni decir que el producto final debe ser 100% libre de pesticidas.

Aceite esencial 100% completo

También es importante que te asegures de que tu aceite esencial es 100% íntegro. Te lo explicamos más en detalle en el apartado que habla sobre la producción de los aceites esenciales, pero así resumidamente: siempre existe la tentación para el destilador de reducir el tiempo de destilación para procesar más lotes al día y aumentar así su productividad. Si queremos aceites esenciales de calidad terapéutica, hay que acabar el ciclo completo (integral) de destilación. Esto es imprescindible para poder extraer la totalidad de los ingredientes activos de la planta (en la jerga, se llaman fracciones de cabeza y fracciones de cola). Si no se respeta la totalidad del ciclo de destilación, el aceite no será 100% íntegro (estará incompleto), y te perderás muchas propiedades terapéuticas del aceite esencial.

Aceite esencial quimiotipado

Entraremos más en este tema hacia el final de este apartado, pero por ahora debes saber que el quimiotipo nos permite (1) garantizar la calidad del aceite esencial, y (2) hacer un uso terapéutico más preciso de él.

El quimiotipo: qué es y cómo se hace

¿Qué es el quimiotipo de un aceite esencial?

Los doctores Daniel Pénoël y Pierre Franchomme, quienes introdujeron en parte el concepto de quimiotipo en 1975, definieron el quimiotipo como el “tipo químico” que designa la molécula aromática que tiene mayor presencia en el aceite esencial.

Así, es posible identificar y cuantificar todas las moléculas que están presentes en un aceite esencial gracias a dos técnicas: la cromatografía de gases y la espectrometría de masas. Una vez identificadas, podemos clasificar las moléculas en familias y sub-familias y entender qué propiedades tendrá ese aceite esencial.

Así pues, químicamente hablando, el quimiotipo no es nada más que la identificación y clasificación de las moléculas que están presentes en el aceite esencial. De hecho, algunos autores hablan también de “raza” química para definir el mismo concepto.

El quimiotipo y la aromaterapia científica son dos términos inseparables ya que permiten saber con exactitud cuáles son las propiedades de un aceite esencial.

¿Qué significa que un aceite esencial sea quimiotipado?

Cuando decimos que nuestros aceites esenciales son quimiotipados simplemente estamos diciendo que los hemos analizado en un laboratorio para identificar y cuantificar las moléculas que lo componen (es decir, para saber qué lo compone y en qué proporción).

Es importante quimiotipar los aceites porque su composición química (y, por lo tanto, su calidad como producto) puede variar mucho. Esta variación tiene causas naturales y también causas humanas. Si te interesa saber por qué es importante saber el quimiotipo de un aceite esencial, sigue leyendo el apartado siguiente!

Pero, ¿de qué sirve saber el quimiotipo de un aceite esencial?

Hemos quedado que el quimiotipo nos permitía saber qué moléculas componían un aceite esencial y en qué proporción o cantidad. Pero, ¿esto de qué nos sirve? A grandes rasgos, es importante saber qué y cuántas moléculas componen un aceite esencial por dos motivos:

1. Para garantizar su calidad como producto

2. Para poder hacer un uso terapéutico más preciso de ese aceite esencial

MOTIVO 1: GARANTIZAR LA CALIDAD DEL ACEITE ESENCIAL COMO PRODUCTO

Los aceites esenciales son muy chivatos. Si hacemos el esfuerzo de quimiotipar un aceite esencial, el aceite nos lo contará todo: cómo han tratado la planta, cómo ha sido su cosecha, si lo han destilado con cuidado y con mimo, ¡y mucho más!

¿Te acuerdas que antes hemos dicho que la composición química (y, por lo tanto, la calidad) del aceite esencial de una misma planta podía variar por causas naturales y por causas humanas?

Bueno, pues cuando hablamos de "garantizar la calidad del producto" mediante el quimiotipo, estamos hablando sobretodo de controlar los factores humanos que influenciarán la calidad del aceite esencial. Ya te hemos hablado de esto en otras ocasiones, pero hay muchas tentaciones para tomar "atajos" en toda la cadena de producción de un aceite esencial. El quimiotipo nos permite comprobar, entre otras cosas:

Que la planta se ha cultivado y cosechado bien: Con el quimiotipo podemos comprobar que no hay rastros de pesticidas y de otros productos no deseados en el aceite esencial.

Que la destilación se ha hecho a la temperatura adecuada: Existe la tentación de destilar la planta a una temperatura más elevada para que rinda más. Esta temperatura elevada, sin embargo, suele dañar las propiedades del aceite y disminuir la calidad del producto final. El quimiotipo nos confirma que el aceite esencial se ha destilado correctamente pues nos permite comprobar que están todas las moléculas que tocan (y que, por lo tanto, el aceite conserva todas las propiedades que nos interesan).

Que la destilación se ha hecho en la duración adecuada: Cogeremos el ejemplo del tomillo para explicarte este punto. De manera muy aproximada, cuenta que podemos obtener el 75% de los componentes del tomillo en los primeros 30 minutos de su destilación.

El 25% que falta requerirá muchas veces más de 1h adicional de destilación. Obviamente, existe la tentación de parar la destilación después de los primeros 30 minutos.

El quimiotipo nos permite comprobar que se han respetado los tiempos completos de destilación para cada planta y que su aceite tiene el 100% de los componentes que tocan (y, por lo tanto, repetimos, el 100% de las propiedades que nos interesan).

Que el aceite esencial está completo / íntegro: Otra gran tentación que existe en esta industria es aislar moléculas caras y revenderlas a otras industrias (por ejemplo, a la industria de la perfumería o de la cosmética). El quimiotipo nos permite comprobar que están todas las moléculas que nos interesan.


MOTIVO 2: PODER HACER UN USO TERAPÉUTICO MÁS PRECISO DE UN ACEITE ESENCIAL

La segunda gran ventaja de conocer el quimiotipo del aceite esencial es que nos permite utilizarlo de manera más precisa a nivel terapéutico. Quimiotipar un aceite esencial nos permite conocer las variaciones naturales de los componentes aromáticos de una planta.

Para explicarte esto, tienes que entender primero que los componentes aromáticos de una planta pueden variar según el entorno (biotopo) en el que la planta ha crecido.

El nivel de insolación, el momento de la cosecha, el tipo de suelo, la altitud, el clima, el régimen de lluvias y vientos... y un sinfín de factores más determinan la composición exacta de un aceite esencial.

Por ello, una misma planta cultivada en condiciones diferentes puede llegar a producir esencias con composiciones moleculares diferentes (y, por consecuencia, propiedades químicas y biológicas diferentes). Evidentemente, esto influenciará el uso terapéutico del aceite esencial.

Siguiendo con el ejemplo de la planta de tomillo:

El Thymus Vulgaris sintetiza los mismos componentes en diferentes lugares del sur de Europa, pero en proporciones muy variables.

Estas diferencias pueden llegar a ser tan grandes que la molécula principal del aceite esencial de un tomillo de un lugar o de otro será completamente diferente. Así, las propiedades de sus aceites esenciales también cambian: el Thymus Vulgaris QT Thujanol es antiinffeccioso y estimulante, de tolerancia cutánea óptima, mientras que el Thymus Vulgaris QT Thymol es un potente antibacteriano, cáustico para la piel. Así, el hecho de conocer el quimiotipo del aceite esencial de tomillo nos permitirá conocer sus propiedades y poder así utilizarlo de una manera u otra en función de estas.

Los aficionados reconocerán aquí similitudes con el mundo del vino y con la noción de “Terroir” o “Terruno”, palabra difícilmente traducible pero que designa las diferentes características de un lugar de producción como la composición de los suelos, el clima, la exposición al sol, la topografía, etc…

Un pie de vid de la misma variedad dará resultados muy diferentes según dónde esté plantado. De la misma manera, el aceite esencial de una planta podrá tener unas variaciones enormes en sus componentes químicos, hasta el punto, como ya hemos dicho, de influenciar sus propiedades e indicaciones.

Para resumir, es importante conocer el quimiotipo porque nos permite dirigir la acción terapéutica del aceite esencial de manera más efectiva y más enfocada. Nos proporciona también información clave en cuanto a la seguridad de su uso y a su toxicidad potencial. El hecho de analizarlo en un laboratorio, en pocas palabras, nos permite controlar la calidad del producto que tenemos la intención de utilizar.

Los tests para quimiotipar un aceite esencial

La información más importante para garantizar la calidad de un aceite esencial se obtiene a través de varios tests o análisis que se realizan en laboratorios especializados.

Hay tres controles de calidad que se deberían hacer: En primer lugar, está el control organoléptico. Este consiste en hacer una valoración cualitativa del aceite esencial. Cada aceite esencial es único, y se puede juzgar en parte a través de su textura, color y olor. En segundo lugar, está la determinación de los índices físicos y químicos. Esta nos permite conocer la densidad, el poder de refracción, el poder rotatorio, el punto de inflamación, etc.

Por último, está el tercer test (que es también el más importante): la cromatografía. Si te interesa, te explicamos lo que es en el siguiente apartado.

La cromatografía

La cromatografía es el análisis más importante que se le puede hacer a un aceite esencial. No hay que olvidar que un aceite esencial es un producto natural y, por lo tanto, muy variable de un cultivo a otro. Como en el caso del vino, por mucho que se hayan respetado las mejores prácticas a nivel de cultivo y destilación, un aceite esencial puede variar de un año a otro, dependiendo de las cosechas y de una multitud de otros factores.

La cromatografia de los aceites es la única manera de conocer con precisión los detalles del producto destilado. Esta metodología permite separar las moléculas de una mezcla más o menos compleja para poder analizarlas de manera individual. Así, nos indica qué cantidad y qué tipo de moléculas están presentes en el aceite esencial analizado.

Es extremadamente útil para determinar el perfil de forma rigurosa y científica y para poder certificar que el producto es un aceite esencial completo, de calidad, y con todas las propiedades esperadas. Para saber más acerca de la cromatografía de cada producto, puedes ir a la página producto de cualquier aceite en nuestra tienda online.

¿Cómo funciona la cromatografía?

La cromatografía consiste en separar e identificar los compuestos de mezclas que, en el caso de los aceites esenciales, son muy complejas. Esta separación es posible gracias a ligeras diferencias en las propiedades físicas de los distintos compuestos de la mezcla (tienen tamaños, polaridades, y niveles de solubilidad diferentes…).

La base de esta separación es una serie de equilibrios entre dos fases: la fase móvil y la fase estacionaria. Como bien lo indica su nombre, la fase móvil se va a ir moviendo por encima de la fase estacionaria, manteniendo el contacto y permitiendo así que los componentes de la muestra que se va a analizar puedan pasar de una fase a la otra.

Al igual que las personas, cada compuesto va a tener una preferencia: le va a gustar más estar en una fase que en la otra. Si tiene una preferencia hacia la fase móvil, entonces el compuesto va a recorrer una mayor distancia en un tiempo dado que la que va a recorrer un compuesto que prefiere estar en la fase estacionaria (como bien indica su nombre, se va a quedar más quieto). Esto da lugar a una separación efectiva, que nos va a permitir poder identificar cada compuesto por separado.

Para ilustrar mejor este concepto, nos podemos basar en un experimento que muchos habremos realizado en algún momento de nuestra trayectoria educativa: la separación de los distintos tipos de clorofila. Como podemos observar en la imagen superior, los compuestos más afines a la fase móvil habrán recorrido una distancia mayor (derecha) que los que prefieren la fase estacionaria. A medida que avanza el tiempo la separación se hará más efectiva.

Ahora bien, ¿qué son exactamente la fase móvil y la fase estacionaria? En el ejemplo que te acabamos de dar, la fase estacionaria correspondría al soporte físico (un sólido), mientras que la fase móvil sería el disolvente (por lo tanto, un líquido) que contiene inicialmente la mezcla de clorofilas, e irá avanzando a lo largo de la fase estacionaria.

La cromatografía de gases

La técnica cromatográfica más utilizada en el análisis de aceites esenciales es la cromatografía de gases. Esta se empieza introduciendo un volumen muy pequeño de muestra con una micro-jeringa en un inyector. Dentro del inyector, la muestra es volatilizada. Luego, un gas neutro (es decir, que no interacciona con la muestra) impulsa los vapores a través de una columna, que se encuentra en una cámara a una temperatura que mantiene la muestra en fase gaseosa.

La columna es un tubo largo y estrecho, enrollado sobre sí mismo, y cuyo interior está recubierto por la fase estacionaria. Como ya hemos explicado más arriba, la fase estacionaria va a interactuar con cada componente del aceite esencial, reteniendo a cada uno de manera distinta. Esto va a provocar que los compuestos vayan saliendo de la columna de manera ordenada (de menos retenido a más retenido) por la fase estacionaria. El viaje a través de la columna concluye con un detector: se mide el tiempo que ha tardado cada compuesto en salir de la columna (el “tiempo de retención”) junto con su respectiva concentración.

Una vez tenemos el número de compuestos que había en la muestra, junto con sus respectivas concentraciones, nos falta solamente determinar una pieza clave de información: ¿qué es cada compuesto? Es decir, ¿a qué molécula corresponde? Para resolver este misterio, habitualmente utilizaremos un aparato llamado espectrómetro de masas. Su funcionamiento sería largo y tedioso de describir, pero básicamente consiste en ionizar las moléculas a medida que van saliendo del detector (dándoles carga eléctrica y, efectivamente ahora sí, destruyéndolas) para luego poder determinar una proporción entre el peso molecular y su carga, que va a permitir caracterizarlas.

¿Cómo leer los resultados de una cromatografía?

Como ya hemos dicho, analizamos cada lote de nuestros productos con una cromatografía. Los resultados se dan bajo forma de unos gráficos con un montón de picos llamados cromatogramas. Leerlos es muy sencillo: primero, debemos saber que el eje horizontal nos indica el tiempo de retención (recuerda, es el tiempo que tarda un compuesto en salir de la columna): cuanto más a la izquierda esté el pico, menor habrá sido el tiempo de retención. El eje vertical nos indica lo abundante que es ese compuesto en la muestra analizada. Por lo tanto, cuanto más alto el pico, mayor abundancia tendrá ese compuesto dentro de la muestra.

Así es, a grandes rasgos, como funciona un análisis GC/MS. Si quieres saber más, hay muchos recursos en la web, pero te recomendamos este video en particular: An Illustrated History of Gas Chromatography.