Érase una vez…la aromaterapia!
La aromaterapia como práctica terapéutica surgió en 1930 impulsada por el famoso perfumista francés René Gattefosse. Durante el mes de julio 1910, mientras trabajaba, Gattefosse se quemó la mano debido a unas explosiones en su laboratorio. En el hospital, le trataron con acido nítrico, pero no surtió ningún efecto y pronto una gangrena fue ganando terreno. Gattefosse, que como perfumista conocía bien los aceites esenciales ya que los utilizaba para sus creaciones, decidió aplicar aceite esencial de lavanda directamente sobre sus heridas infectadas. Ante su sorpresa, las heridas empezaron a cicatrizar rápidamente.
Desde ese día, Gattefosse se dedicó a estudiar no solamente el potencial aromático de los aceites esenciales, sino también su potencial terapéutico. En 1937 publicó un libro llamado “Aromathérapie”, siendo la primera vez que se utilizaba este término, que tenía el objetivo de servir para que a las personas con formación científica reflexionaran sobre las prometedoras propiedades curativas de los aceites esenciales. Más tarde, el doctor Jean Valnet seguiría desarrollando los trabajos de Gattefosse, y de hecho, él fue uno de los principales responsables de la democratización de los aceites esenciales y de la aromaterpia en Europa.