La historia de la aromaterapia

¿Cuándo nació la aromaterapia?

La aromaterapia como práctica terapéutica surgió en 1930, impulsada por el famoso perfumista francés René Gattefossé. Durante el mes de julio 1910, mientras trabajaba, Gattefossé se quemó la mano debido a una explosión en su laboratorio.

En el hospital, le trataron con ácido nítrico, pero no surtió ningún efecto y pronto la gangrena empezó a ganar terreno. Gattefossé, que como perfumista conocía bien los aceites esenciales (los utilizaba para sus creaciones), decidió aplicar aceite esencial de lavanda directamente sobre sus heridas infectadas. La cicatrización comenzó rápidamente.

Aun conociendo los efectos de los aceites esenciales, se sorprendió al ver que su quemadura cicatrizaba tan rápido. Desde ese día, Gattefossé se dedicó a estudiar no solo el potencial aromático de los aceites esenciales, sino también su potencial terapéutico.

En 1937, publicó un libro llamado “Aromathérapie” con la intencipara incitar a las personas con formación científica a que reflexionaran sobre las prometedoras propiedades curativas de los aceites esenciales.

Más adelante, el doctor Jean Valnet siguió desarrollando los trabajos de Gattefossé. Valnet es uno de los principales responsables de la democratización de los aceites esenciales y de la aromaterapia en Europa.

¿Cuál es la relación entre las plantas y la aromaterapia?

Las plantas han sido estudiadas y utilizadas desde que la humanidad tiene conciencia para hacerlo. Sea para fines domésticos, alimenticios, cosméticos, terapéuticos o bien para rituales, el uso de las plantas es un punto en común que tienen todas la civilizaciones de la historia tanto en Europa como en África, Asia, Oceanía o América.

Cabe destacar que las plantas aromáticas han tenido siempre un sitio privilegiado en estas culturas, sobre todo en los campos de la medicina tradicional. De hecho, se ha podido observar que, 60.000 años atrás, varias civilizaciones que nunca se habían comunicado entre sí ya usaban las mismas plantas, las mismas fórmulas y el mismo tipo de aplicación para curar una misma serie de síntomas.

Por otra parte, también es fascinante observar la diversidad botánica que ha emergido en diferentes regiones. Y si bien la medicina a través de las plantas (fitoterapia) es la más antigua en nuestro planeta, aún hoy en día, es la más utilizada por el ser humano!

El uso de las plantas aromáticas se desarrolló principalmente en tres zonas geográficas: la región de India - Pakistán - Afganistán, China, y la cuenca mediterránea.

En un principio, las plantas aromáticas eran utilizadas con tres principales fines:

  • Para usos alimentarios: muchas plantas aromáticas son comestibles y tienen un sabor agradable. También constituyen una fuente alimenticia directa y accesible.
  • Para ritos religiosos y místicos: desde el incienso, pomadas o “pociones”, las plantas y sus perfumes suponían para muchas culturas un acceso al mundo espiritual. Los templos egipcios, por ejemplo, eran auténticos laboratorios, experimentando con plantas, maderas y otros componentes para crear perfumes sagrados.
  • Para la medicina: el hombre se dio cuenta que las plantas aromáticas tenían virtudes terapéuticas y rápidamente las adopto como medicamentos en forma de macerados o infusiones.

Habrá que esperar hasta hace 5000 años para que aparezca las primeras nociones de destilación.

En China y en la región de India y Pakistán se encontraron los primeros alambiques, lo cual sugiere que estas civilizaciones ya estaban muy avanzadas en este campo.

De hecho, en China, el emperador Shen Nung escribió hace ya 4.500 años el primer libro de fitoterapia, y 1.500 años más tarde, el Rigveda y el Sucrutasamhitâ, dos de los textos más antiguos de la India, ya presentaban los beneficios terapéuticos de las plantas aromáticas en el campo de la medicina.

Toda la medicina actual encuentra su origen en estos antiguos escritos y documentos.

Aunque, por su lejanía geográfica y su tardío descubrimiento, las Américas no han jugado un papel mayor en el historia de la aromaterapia tal y como la concebimos, cabe destacar que los Incas, Azteca, y los Mayas (entre otras grandes civilizaciones del continente) tenían un gran conocimiento de las plantas.

El continente americano tiene una increíble diversidad botánica, y los nativos tenían una relación privilegiada con la naturaleza y el uso de plantas medicinales. Hoy en día, el uso de plantas medicinales en el continente sigue teniendo una gran importancia.

El uso medicinal de las plantas a lo largo de la historia

Los egipcios y los primeros perfumes

En 1922, Howard Carter descubrió la tumba de Tutankamón. En la tumba se encontraron tarros que aun contenían esencias con un olor muy sutil. Efectivamente, los egipcios utilizaban aceites esenciales con regularidad para fines cosméticos, curativos y religiosos.

Los aceites esenciales utilizados por los egipcios eran elaborados a través de infusiones de hierbas y una rudimentaria metodología de maceración que consistía en mezclar las plantas con agua hirviendo a la cual se le añadían telas que luego dejaban macerar varios días. Las telas se impregnaban del aceite esencial, y luego se escurrían para recuperarlo. Los aceites esenciales, si bien mucho menos concentrados debido a su primitiva metodología de extracción, se administraban, como hoy en día, por vía oral, cutánea o respiratoria.

Se han encontrado papiros de 2800 años a.C. que explican los usos medicinales que se hacían de las plantas en aquel entonces. La mirra, por ejemplo, se usaba para trabajos de momificación debido a sus propiedades antisépticas (ayudaba a ralentizar la putrefacción del cadáver del faraón). La utilización de los aceites esenciales fue, para los egipcios, sagrada. Las utilizaban los sacerdotes, que consideraban los aceites como una manera de curar el cuerpo y espíritu y de acercar el hombre a los dioses.

Los griegos y los romanos

Los griegos y, más tarde, los romanos, influenciados por los egipcios, también fueron grandes adeptos de los aceites esenciales. Los usaban tanto a nivel terapéutico como religioso. Fue Alejandro Magno quien, tras haber conquistado Egipto, importó a Grecia el saber hacer egipcio acerca de los aceites esenciales. Hipócrates, reconocido como el padre de la medicina, y posteriormente Aristóteles, escribieron libros que listan más de 500 plantas y sus propiedades medicinales. Los Romanos no tardaron en imitar a los Griegos en su uso de las plantas aromáticas. Se interesaron particularmente en el mundo de la perfumería. Los aceites esenciales eran conocidos como verdaderos “elixires de amor” y sus virtudes conocidas en todo el imperio.

Las primeras destilaciones

Las primeras destilaciones

Si bien se encontraron los primeros alambiques rudimentarios en China, el proceso de destilación “moderno” vino del mundo musulmán. Abu Ali Ibn Sina, también conocido como Avicena, fue un médico y filósofo persa que desarrolló la idea de que se podía extraer aceites esenciales de las plantas a través del vapor. Inventó el serpentín,una pieza que permite enfriar el vapor para devolverlo a su estado líquido, cuyo proceso te explicamos en el artículo sobre cómo destilar un aceite esencial. El primer aceite esencial destilado por Avicena fue el de rosa, que no tardó en hacerse famoso en oriente y en occidente.

Paralelamente, en Europa, la peste estaba arrasando y los aceites esenciales servían para desinfectar las casas. Con este objetivo se inventaron los primeros y muy rudimentarios difusores para proteger las casas de las epidemias.

Una anécdota famosa en la historia de la aromaterapia cuenta que, durante una epidemia de peste, cuatro ladrones se empezaron a aplicar sobre el cuerpo una mezcla de 8 aceites esenciales (absenta, canela, clavo, lavanda, limón, espliego y romero) para poder robar las casas de los enfermos sin ser contagiados.

Y finalmente... la consolidación de la aromaterapia

En 1887, el doctor Chamberland demostró científicamente el poder antiséptico de los aceites esenciales. 20 años más tarde, Martingala cuantificó estas virtudes y propiedades de los aceites esenciales y propuso una primera calificación.

Esto nos lleva a la desaventura del doctor Gattefossé con su mano quemada, a Jean Valnet y a la democratización de la aromaterapia como la conocemos hoy en día.

Más tarde, especialistas como Pierre Franchhomme y Dominique Baudoux prosiguieron los estudios sobre las especificidades bioquímicas de cada aceite esencial. Franchomme creó en 1975 el primer laboratorio especializado y Dominique Baudoux abrió en 1990 la primera escuela de aromaterapia.

En Italia, doctores como Paolo Rovesti investigaron los efectos psicológicos de la aromaterapia, demostrando los efectos positivos de los aceites esenciales en el tratamiento clínico de la ansiedad y la depresión. El campo no ha parado de crecer desde entonces.