Curiosidades
El nombre del género Helichrysum proviene de la combinación de dos palabras griegas: helios (sol) y chrysos (oro), con obvia referencia al hermoso color amarillo dorado de las flores durante la floración.
La Siempreviva Amarilla (Helichrysum Italicum) ya era conocida en la época greco-romana. Homero la cita en su «â€ŻOdisea »: cuando Ulises naufragó y llegó a una isla, se encontró con una mujer de una belleza excepcional, Nausicaa. Solía ​​frotar su cuerpo con el aceite de Siempreviva amarilla, que de hecho se convirtió en su elixir de eterna juventud. No es nada sorprendente, teniendo en cuenta que los ramos secos de Siempreviva amarilla se conservan excepcionalmente bien, sin perder su color tan bonito.
Napoleón solía decir que "olía a su país incluso antes de haber puesto un pie allí". La Siempreviva Amarilla, con un olor que evoca al del curry, es una de las especies aromáticas que da al «maquis corso» su olor tan reconocible.
Desde el punto de vista cultural, el Helichrysum Italicum se ha convertido en el símbolo de la memoria de los muertos en Occidente, mientras que simboliza una vida larga y próspera para el pueblo chino.
Como último dato curioso, se usó en la coronación de Isabel II de Inglaterra para simbolizar la esperanza de duración y solidez de su reinado.
Se ha vuelto muy codiciada por sus propiedades excepcionales y es un aceite imprescindible, tanto en la aromaterapia como en productos cosméticos.